Llegó la última noche del año; ya están listas las uvas, el cotillón, la cena… y mis niños estarán por ahí dejándose vestirse de mini hombrecitos y mini mujercitas (que paciencia tienen los pobres...). Esta vez fue el vestido, sí sí el vestido de esta noche, que ya está estirado en la cama para que no se arrugue.
Recuerdo cuando lo compré, llegué a clase con mi super bolsa de zara, y como todos tienen alma de maruja, pues a preguntar lo que había en su interior; entre ellos y yo hay pocos secretos, así que lo saqué de la bolsa, para que lo vieran, negro, largo, palabra de honor…
A partir de aquí empezó un diálogo de esos que no tienen desperdicio; imaginad que ellos estaban todos sentados, haciendo una hojita con frases (de esas del tipo “mi mama me mima”), yo con el vestido estirado en medio de la clase.
- María (andaluza de pura cepa): "¡me encanta ese vestido, es chulísimo!"
- Sara: "parecerás una princesa"
(Este es el típico momento en que consiguen que mi autoestima suba y suba… Hasta que Paula corrigió a Sara)
- Paula: "no es de princesa Sara; ese vestido es de bruja, porque es negro. Los vestidos de princesas son rosas"
- María: "¡¡pues no!! porque el de la Bella es amarillo…"
(Paula se queda perpleja, porque María tiene razón; pero como la tía es muy lista enseguida responde. María 1 - Paula 0)
- Paula: "¡Pero ninguna princesa lleva vestido negro!"
- Andrés: "¿De qué es la fiesta seño?"
- Yo: "Pues es una fiesta para celebrar que empieza un año nuevo"
- Patri: "¿y es de novios?"
- Yo: "No patri, sino yo no podría ir…"
Esta conversación está tomando tintes que no me gustan, porque siempre hacen algún comentario que me recuerda que acabaré como las chicas de oro…Pero esta vez Patri fue positiva:
- Patri:"¿No tienes novio?"
- "No"
- Patri: "Pues ya encontrarás alguno suelto"
Al menos me ve con opciones, de conseguir los “restos” pero opciones al fin y al cabo.
El año pasado no encontré ni uno suelto de esos que dice Patri que siempre hay; espero que esta vez sea diferente….
¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!


Aquí tenéis algunas de las cartas que mis pitufillos han “escrito” a Papá Noel, y es que os recuerdo que tienen 4 años, y todavía no estamos para escribir el Premio Planeta, pero tiempo al tiempo...

