David y Jacobo (4 años) encuentran una pelota en el patio del colegio; juegan tranquilamente y se entretienen con ella junto a sus compañeros hasta que llega la hora de volver a clase ¿de quién es la pelota? Uno la vió pero fue el otro quien la cogió, y como a esas edades los argumentos del debate no pasan de "es mía", "que no, que es mía"... las palabras terminan pronto, y empiezan a pelearse.
En ese momento es necesario intervenir, hablo con los dos, intentamos razonar y cuando parece que ya lo han hecho, llega el momento de zanjar el asunto, y que mejor que pedirse perdón.
David fue quien empezó a pegar:
- "David, lo que has hecho no está bien, si tienes algún problema con Jacobo tenéis que intentar hablarlo, y sino me lo dices a mi y lo solucionamos entre los tres ¿vale?
- "Vaaaale"
- "Muy bien cariño, pues ahora pidele perdón a Jacobo"
- "Te perdono"
- "Perdón"
Abrazo y arreglado...
¡¡¡Qué dificil es hacerles entender quien tiene que perdonar a quién!!!
4 comentarios:
Jajajaja ¡qué bueno! O sea, que al final el que arreo la hostia acabó "perdonando" al otro y el "hostiado" acabó pidiéndole disculpas al primero jajajajaja
Me parto...
Estos mocosos...
¡¡Besitos Soleee!!
Si esque los niños.......jaja que bueno!!!
Que facil son las cosas cuando uno es pequeño,con un simple perdon esta el asunto solucionao y olvidao.
Me alegra ver que has escrito,,un besico Sole!!
Ojala los mayores aprendiesemos de los peques y no fuesemos tan rencorosos. Seguro que la vida iria mucho mejor.
Un beso.
Si todo se arreglara tan facilmente :)
Publicar un comentario