Os situo, el patio del colegio a las 8.30 de la mañana; pocos niños, los que tienen que madrugar porque sus padres trabajan temprano. Algunos ya se encuentran en la fila, para que ya que hacen el sacrificio de madrugar, pues al menos tengan el privilegio de ser el primero detrás de su seño.
Es el caso de Abi, 4 años; bien colocadito en su fila, repeinado y jugando con el almuerzo, envuelto en papel de aluminio.
Me acerco a él, para darle los buenos días, y para que me cuente cosas interesantes como siempre hace.
Después de hablar un rato, y antes de irme, le pregunto por su almuerzo.
- ¿Qué llevas hoy para almorzar Abi?
- Un donut
- Mmm, que bueno. ¿Quién te lo ha comprado?
- El papá
- ¿Y el donut es blanco o negro?
- Es amarillo seño, no hay donuts blancos
- Tienes toda la razón. Pues nada cometelo todo, y portate bien hoy eh.
Muchas veces los niños tienen más lógica que los adultos, a pesar de su corta edad.
¿Y vosotros que donut preferís negro o amarillo?...




